lunes, 10 de marzo de 2014

Recordando

Estos días he  estado releyendo entradas antiguas del blog, había cosas, situaciones, conductas de Javi que ya ni recordaba y otras cosas que de una manera u otra siguen muy presentes. Esta claro que esto es una carrera de fondo..

Me acordé de cuando Javi era pequeño y lo estresante que me resultaba ir al parque, siempre pegada a el, alerta para que no mordiese o empujase a otros niños. También el hacer cola siempre en el mismo columpio, aunque el de al lado estuviese vacio y cosas así..

Ahora a Javi le da igual un columpio u otro, y ya no tengo que ir pegada a el siempre o eso creía...
Javi va a cumples, ludotecas, hasta campamentos urbanos el verano pasado, ha avanzado muchísimo.

Pero hay días, en que todo se descontrola y no se porque, y a pesar del nivel tan bueno de comunicación que tiene, no es capaz de explicármelo. Es como si se le cruzase un cable o el impulso físico fuese tan fuerte que no se pudo controlar... Ayer estuvimos comiendo en un merendero y Javi mordió a tres niños, pero les dio un buen bocado, vamos que se podría haber sacado un molde su  dentadura del brazo de los pobres niños. No tengo ni idea de porque paso, el me decía "es que no me dejaban pasar" y cuando le pregunte que tenía que hacer en esas situaciones, supo responderme a la perfección, pero que pasó por su cabeza para reaccionar de esa manera. También es cierto que yo no supe reaccionar porque desde el primer mordisco le tenía que haber sacado de allí o haberme pegado a el como hacia en el parque cuando era pequeño. Me confié, sentada con las amigas y acostumbrada a que estuviese a su aire. Al final nos tuvimos que marchar a casa, porque cuando después de comer y cumplir su castigo, fue otra vez a jugar, conmigo a su lado como una lapa, no hacían mas que acercarse niños a decirme lo que había hecho por la mañana y se me hizo muy duro y tampoco quería que el lo estuviese escuchando.

Después con tranquilidad hablamos, analizamos, pero nos sirve para poco,  es que Javi es tan distinto a los niños "neurotípicos" no solo en estas reacciones, sino en su incapacidad de aprender de un castigo o  de perderse una tarde de juegos, tan imprevisible, cuando llegamos por la mañana nada me hacía sospechar que pudiera pasar nada, le veía bien, contento de estar allí.

Que suerte tengo con mis amigas que comprenden, que no juzgan, gracias chicas por ese "la próxima vez  ESTAREMOS mas pendientes, no te preocupes", y porque a pesar de estos malos ratos podemos reírnos juntas y nunca sentirnos solas ante el peligro.

Hay cosas en las que se sigue pareciendo mucho al Javi de dos años y que no quiero que cambie nunca, ¡¡se puede ser mas payasete!!:

sábado, 8 de marzo de 2014

Harta de la crueldad

Estoy harta de la crueldad de los niños, algo que no debería existir en la naturaleza humana y que ahí esta, tan presente e hiriente  para algunos y tan "natural" para otros, quizás porque nunca la sufrieron...

Estoy harta de que el mordisco, la patada o la respuesta del débil resulte para el adulto mas alarmante y generen una respuesta más contundente   que las palabras de quien lo originó.

Estoy harta de que el débil tenga que salir por la puerta de atrás como si fuera el culpable de su propio sufrimiento.

Estoy harta de que la sociedad valore al fuerte de tal manera que no sea capaz de ver "su lado oscuro" y crezca empujado, victorioso, inconsciente del dolor que provoca o alimentando su ego de el.

Estoy harta de que los niños escuchen palabras que nunca debieron entrar en sus oídos.


Estoy harta que se justifique con un "es cosa de niños" porque  ES COSA DE ADULTOS, no se le debe quitar importancia, no podemos permitir que nuestros sentimientos como padres nos empujen a defender  las conductas crueles de nuestros propios hijos  porque son sangre de nuestra sangre y esto nos ciegue. El fuerte puede mentir, manipular, dar la vuelta a la tortilla, defenderse y salir impune. Al débil se le minará la autoestima, se volverá desconfiado, perderá el valor que un día tuvo, le robaran el sueño y las ganas de ENFRENTARSE a un nuevo día, le dolerá la tripa o vomitará para intentar huir, se cerrará hacia dentro, llorará, pataleará, sufrirá sin entender porque le tiene que pasar esto mientras sus padres la mayoría de las veces no se están enterando de nada.... Y cuando te enteras es como si te rajasen el corazón.

Eduquemos la empatía como una asignatura obligatoria

Uno de cada 10 menores reconoce sufrir acoso escolar